Creo que va siendo hora de darle sentido a la parte «enfurecida» de esta página. ¿ETSISI Enfurecida? Ahora sí que sí. ¿Y qué mejor forma que empezar con una review para celebrarlo?
El caso es, y lo que lleva a esta entrada, que nuestros muy señores del Club de Sonido decidieron montar una fiesta a los estudiantes de nuevo ingreso. Y sí, fiesta, aunque lo llamen guateque no fue ningún desmadre.
Todos aquellos que no asistierais os preguntaréis, «¿Bueno, y, qué tal?» Por favor, parece que no sabéis como funciona esto. Obviamente fue… ¿Estamos en horario infantil? ¿No? UNA MIERDA. Pero con amor.

Para empezar, ¿12:30? Já, empezar a su hora sería demasiado profesional. Mejor empecemos a montar las mesas a la hora de empezar, ya pasarán cosas.

El espacio elegido fue bastante bien buscado. En un cesped agradable, con sombra, cerca de las clases… Espera. ¿Cerca de las clases? ¿A quién se le ocurrió? Quiero decir, ¿a nadie se le ocurrió que a lo mejor poner música y agrupar a mucha gente al lado de aulas era una mala idea?
/* Nota del editor: el autor de este artículo no tiene ni puta idea de lo que es el horario cultural*/

La asistencia también fue un auténtico éxito, se contaban por lo menos 4 estudiantes de segundo, dos palomas y más de 12 árboles a la hora que comenzó la música. Estos últimos permanecieron en el lugar porque no se podían mover.
Aún así, algunos de los asistentes consiguieron pasar un buen rato, de alguna forma. Posiblemente el estrés provocado por Análisis Matemático les indujese algún estado alterado de la conciencia, o algo así. Estoy estudiando Informática, no Medicina, no me preguntéis por tantos detalles.


En cuanto al montaje, no olvidemos la barra, la cual brinda sentido a esas fantabulosas piñas del cartel de entrada. ¿Piñas coladas? ¿Cócteles tropicales? No, mejor aún, zumos y batidos. De fruta. Sin alcohol. Como en el instituto. Pero sin alcohol de contrabando. Es decir, trataron de hacer una fiesta universitaria sin alcohol. Eso es como la cerveza sin alcohol, nunca puede salir bien. O como un bar que no sirve alcohol, nunca saldría adelante. O como una clase con Eladio sin alcohol. O como un… bueno, creo que lo pilláis.

Además de las bebidas, la piña representaba otro concepto fundamental de la fiesta, y este es, el simular un ambiente tropical. Pero sin las piñas coladas. Ni los mojitos. No, no estoy molesto porque no hubiese alcohol. Apenas.
Que te intenten colar una piña no cuenta como «piña colada».
Este ambiente tropical, muy bien logrado gracias a la colaboración del tiempo atmosférico, fue buscado con la utilización de reggae, que no reggaeton, con una selección interesante a la par que variada.

El ambiente, por supuesto, es uno de los atractivos principales de una fiesta, después de todo, ¿quién iría a una fiesta a la que no va nadie? Efectivamente, la enteridad de los asistentes al guateque de bienvenida.
Según informa la ONU, se sospecha que Abu Bakr al-Baghdadi, actual líder de ISIS, se halla oculto en el Guateque de Bienvenida. No contamos con información de los organizadores al respecto.

Bueno, retomando el principio, fue una poca mierda, pero de esas que te dejan un regustillo agradable, y quieres repetir. Porque, ¿quién dijo que todas las mierdas eran malas? Pronto más enfurecimiento, pero no mejor, porque es imposible.
En una nota más agradable, mil y una gracias al Club de Sonido (Facebook) por organizar este pequeño gran detalle para todos los alumnos de nuevo ingreso.
/*La línea editorial de ETSISI Enfurecida advierte que este artículo es de humor y no comparte las opiniones del bastardo energúmeno que ha escrito este artículo (el muy cobarde ha intentado arreglarlo al final), aun así hemos decidido mantener su libertad de expresión. Si hay que apalear a alguien, exigimos que sea exclusivamente a él. En tal caso nos uniremos gratamente al evento armados con libros de física y pollos de goma.*/ /*SI, HEMOS ESCRITO BIEN POLLOS, MAL PENSADOS.*/