Las redes «sociales», por llamarlo de alguna forma.

Hoy en día, el que no sepa qué es una red social, en su más amplio concepto, sólo tiene como excusa el haber sido liberado recientemente de un secuestro. Y ninguna otra excusa que se os ocurra me vale. ¿Os habéis fijado en la forma en la que este pasatiempo ha conseguido ocupar semejante cantidad de tiempo en nuestro día a día? Es increíble. Ni pelársela nos llevaba tanto tiempo en las 24 horas del día. Y eso que algunos le cogieron vicio al asunto… Al de pelársela, digo. Lo de las redes sociales no se le puede llamar vicio, si eso, patología. Estoy siendo educado.

El tema está en que esta pasión por las redes sociales ya se anunciaba en su momento. El que no quiso darse por aludido fue porque no quiso. ¡Venga, por favor! Si hasta el propio nombre os lo está diciendo: REDES sociales. REDES. ¡De las que atrapan! De las que enmarañan cual tela de artrópodo cojonero. De esas viscosas y pegajosas. ¡Arg! que asquito más grande.

Son muchas y vienen a por ti.
Son muchas y vienen a por ti.

Pero nosotros, más machos que ninguno, decimos lo de siempre: “Bah, eso solo va por los débiles, yo lo dejo cuando quiera”, “Ni que fuera una droga, macho. Lo dices como si fuera imposible quitarse”. Ya, ya. Pero que todos estáis ahí, como aves de rapiña, pendientes de a ver quién escribe qué.

Redes sociales, como tales, las hay para darlas y tomarlas: Twitter, Facebook, Instagram, Tuenti (todas con nombres muy chicks), Tumblr, Badoo, Tinder… Éstas dos últimas son menos conocidas (uy, qué mentira).

Cada una de estas redes, tienen sus propósitos, y sus especies autóctonas. En Twitter hay cachondos mentales, gente con ingenio, otros de chistaco fácil, haters, lovers, seguidores de myhyv… De todo lo que te puedas imaginar. El problema es que en esta red social se cumple, mejor que en ningún sitio, la ley ésta de “hay días tontos, y tontos todos los días”. ¡Y tanto que los hay! Y todos tienen Twitter… Excesiva casualidad.

Armas de distracción masiva, eso es lo que son.
Armas de distracción masiva, eso es lo que son.

Facebook, por su parte, fue pensado para que la gente colgara fotos suyas, de su familia, de sus viajes, de sus pasiones… Y terminó como una especie de Fotolog, pero a lo bestia. Y quien no sepa que es (o era) Fotolog, o Metroblog, se está haciendo el sueco vilmente. Fotos, y más fotos. De sitios raros, de gente rara, sólo de pies o piernas (raras también). De hecho, ha pasado a considerarse que si hay algo que no esté fotografiado y subido a Facebook, ese algo no existe. Y punto.

Instagram… ¡Ay, Instagram! Con sus queridos #insta… Si en Facebook hay fotos, aquí ya se caga la perra. Literalmente. Porque esta mañana he visto un vídeo de una perra cagando. Perra, de las de cuatro patas. Joder, de las de pelo. De esas que ladran. ¡Coño, de la raza canina! Que hay que aclararlo todo siempre, hombre. Bueno, pues Instagram es una especie de álbum de fotos y vídeos chorras. Sin más. Lo peor de todo, es que hace años, si te pasaba algo curioso, o hacías alguna tontería, intentabas que quedara de puertas de casa para adentro, y que cuanta menos gente lo supiera, mejor. Si había que matar, se mataba. Todo con tal de guardar el secreto. Pero eso, hoy en día, se acabó. Ahora se lleva inmortalizar cada tontería que hacemos o cada cosa curiosa que nos pasa. Y cuanto más ridícula sea la escena, mejor. Y si te metes el hostión de tu vida, pues mejor, ¡porque tendrás más Likes! Si, esto de los Likes también existe aquí, aparte de en Facebook. Vamos, que es una #instamierda como la copa de un #instapino.

Voy a salvar el mundo con esto.
Voy a salvar el mundo con esto.

Tuenti… Tuenti murió. En su día servía para ligar. Pero Tuenti murió. Una lástima que no le sigan más rede sociales, oye.

Y de las otras, pues casi que no voy a hablar. Aunque sé que lo estáis deseando. Estáis pensando: “Uy, éste. Ha empezado a hablar de redes sociales, y es un tema espinoso, a ver cómo sale ahora del marrón”. Y yo contesto: “Pues salgo como he entrado, así, sin querer”. Mentira, excusa barata. Si no hablo de ellas, es por no quitaros el lujazo de descubrirlas por vosotros mismos… Porque no las conocéis aún, ¿verdad? Ya…

Esto de las redes sociales, en definitiva, se nos ha ido de las manos. Antes quedabas con los amigos, y os juntabais en un bar, o en un parque, y hablabais de tonterías, o de cosas serias, o de algo. Pero hablabais. Hoy en día, hablar hablar, como tal, poco. Se va a un bar a trastear en redes con el móvil, y al parque a fotografiar gilipolleces para subirlas a las redes también.

Hablando de fotografiar, ahora resulta que la comida no se come. O bueno, sí. Pero antes se le hace una foto, y se sube a alguna red social. O te marcas un selfie mientras te la comes. O la cocinas. Muy tonto y muy silly todo.

iPhone con varias redes sociales
Cómprate una Polaroid y déjanos en paz con tus fotos de mierda.

El día que alguien levante la cabeza del móvil, y empiece a ver coronillas ajenas, se sorprenderá. Yo lo hice un día, y me sorprendí. La gente cada vez está más calva. Debe ser que esto de las redes estresa mucho. Claro, entre tener que andar dando likes, haciendo RTs, FAVs, y compartiendo #instas… Así no hay quien pueda vivir a gusto. Lo lógico es que el estrés terminara haciendo mella.

Así que, ya que estás enganchado a esta mierda, aprovecha que estás por aquí, y dinos hasta qué punto llega tu vicio. ¡Y no olvides hacernos RT, FAV, darnos LIKE, y suscribirte a nuestro canal, aquí abajito!

¡Hasta la próxima, gente! ¡Seguidnos en Twitter a @ETSISI_Enfureci!

@mikothairules

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